La legionella es una bacteria que está presente en todo el mundo. En la mayoría de los casos, forma parte de la flora bacteriana de aguas superficiales como lagos, estanques y ríos. Normalmente se concentra en bajas cantidades cuando la temperatura del agua es estable. Sin embargo, cuando la temperatura empieza a superar los 20 grados, la bacteria comienza a reproducirse a una velocidad mucho más rápida.
La forma más frecuente de transmisión es a través de la inhalación. Los depósitos contaminados pueden dispersar gotas de agua a través del aire que respiramos. Asimismo, es importante saber que no es habitual que la legionelosis se transmita para beber o ingerir alimentos contaminados.
Es importante disponer de la formación adecuada en materia de prevención para evitar casos de transmisión. El objetivo no es otro que evitar cualquier alerta por infección y permitir que el trabajo se desarrolle en un ambiente saludable y seguro.